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Centro Cultural Oscar Niemeyer, Avilés, España

La adaptación idónea a geometrías singulares
Oscar Niemeyer ha diseñado el centro cultural en Avilés que pretende ser el motor de la recuperación de una zona degradada por la actividad industrial.

Descripción

Oscar Niemeyer ha diseñado el centro cultural en Avilés, inscrito en el entorno, que pretende ser el motor de la recuperación de una zona degradada por la actividad industrial. Este es su primer proyecto en España y consiste en una semiesfera de hormigón de 20 metros de altura, con varias plantas bajo rasante, donde se ubica un espacio para exposiciones. Esta gran estructura se une por un voladizo, con formas sinuosas, a un edificio acristalado que acoge un auditorio y una sala de proyecciones. El complejo se completa con una torre de acero y cemento, rematada con una construcción circular acristalada, en la que se alojan servicios administrativos, cafetería y restaurante.

Son más de 44.213 m2 construidos sobre una gran parcela de 300.000 m2 frente a la fachada marítima de la urbe. El predominio de las formas curvas de los cuatro edificios del proyecto genera una amplia plaza totalmente al descubierto. Desde la ejecución de los cimientos hasta la solución de la cubierta, la dirección de obra encargó a ULMA la tarea de resolver las múltiples dificultades que se presentaban en este proyecto para poder respetar al máximo la visión del arquitecto.

Solución ULMA

Las onduladas siluetas de los edificios requirieron de un detenido estudio para resolver los tabiques, tanto de geometría recta como curva, con un perfecto acabado de hormigón visto. La solución de los tabiques rectos se realizó con el Encofrado Modular ORMA proponiendo para los tabiques curvos, de geometría variable, el sistema ENKOFORM V-100. De esta manera se rentabilizaron ambos productos por la posibilidad de combinarlos con el uso de una misma grapa. La superficie encofrante de tablero fenólico aportó los acabados necesarios en cada caso.

En la ejecución de los tabiques a grandes alturas se emplearon sistemas convencionales de trepado tanto en los tabiques rectos como curvos.

Para los trabajos en la cubierta, teniendo en cuenta su especial geometría, las alturas requeridas, así como el cambio de espesor en la losa a partir de la zona de escenario, se optó por el sistema de T-60 que proporcionó la flexibilidad en una obra de este tipo. Además, demostró su capacidad de adaptación a cualquier forma mediante la distribución de torres individuales o agrupadas y su gran capacidad de carga como sistema de apeo.